Casas de Acogida

Las protectoras de animales estamos pasando una época mala últimamente. Mamen, una de nuestras Súper Voluntarias, ha querido echarnos una patita contando su experiencia como casa de acogida. Tanto si os lo estáis planteando como si nunca lo habíais pensado, os animamos a leerlo. Ahora mismo tenemos muchos yayitos esperando su oportunidad para vivir en un entorno familiar mientras aparece su familia.

Quizás esta sea su oportunidad…

Hemos pasado meses duros, encerrados, rescatando pocos perros, pero poco a poco vamos volviendo a la normalidad y desgraciadamente en lo que a perros se refiere empezamos a rescatar más perros de lo que nos gustaría. Eso significa que volvemos a necesitar casas de acogida por dos razones:

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  • Una de ellas, porque los gastos económicos de las residencias nos comen.
  • Otra, porque los perros en las residencias se vuelven invisibles y no avanzan.

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Muchos nos decís que vosotros no podríais ser casa de acogida, que cuando se marchan se os partiría el alma… Sí es duro, lo reconozco, pero para mí es mucho más duro ver la cara de pena de los Apagüitas que están en la residencia… Unos han llegado allí sin conocer lo que es un hogar, rescatados de la calle, y otros rescatados de familias que los han dejado alegremente en la perrera y ellos no entienden nada y se nos mueren de la pena…

Reconozco que cuando llega un acogido te entra un cosquilleo en el estómago, no duermes la noche de antes pensando cómo va a ser, qué tal se va a adaptar, cómo lo va a aceptar tu peludo… pero cuando lo recoges, empiezan a pasarse los miedos. No digo que sea fácil, son unos cuantos días difíciles hasta que el nuevo miembro se adapta, hasta que empieza a encontrarse a gusto, hasta que empieza a confiar en ti. Pero de repente ha pasado una semana y le empiezas a notar tranquilo, le llevas a sus visitas al veterinario, vas viendo que todo avanza, que empieza a querer jugar con tu peludo y llegas a la segunda semana y se te ha pasado volando y ya ni te das cuenta que ya no tienes una sombra en casa sino dos jeje . Y de repente un día tu acogido te sonríe y ves que le ha cambiado la mirada y notas un gran alivio y te sientes feliz por estar ayudando a un Apagüitas.

Y llega el día que te dicen que tiene una familia interesada y otra vez el pellizco en el estómago, las dudas de si lo van a querer tanto como tú, de si será la mejor familia para él, de si se adaptará en su nuevo hogar, te invade la pena, la tristeza de tener que dejarle ir, pero sabes que estás haciendo lo correcto y que tienes que ser generosa y saber desprenderte de él. Su familia te mandará fotos, verás que todo va bien y se te saltarán las lágrimas de nuevo, pero esta vez de alegría por verle feliz.

 

Este es mi resumen de lo que para mí ha significado ser casa de acogida unas cuantas veces… y os animo a todos a que probéis, a que sintáis la satisfacción de ser casa de acogida y que sintáis lo que es ayudar a salvar un Apagüitas.

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Ahora mismo se necesitan casas de acogida para Yako, Richi, Nano, Mora y Greta, Yoda, Presi, Pelúa y Tavizna. Ojalá le deis a alguno la oportunidad de formar parte de vuestra familia, aunque sólo sea temporalmente como casa de acogida.

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¿Te animas para ser Casa de Acogida?

Contacta con nosotr@s en: apaguaslemon@gmail.com

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